Varela
Más cerca de Goebbels que de Marx
El rap cubano ya no es guerra
Albergados en Panamá – atienden 2 casos de Sida y reportan que algunas cubanas se prostituyen
Pope Francis is bringing a wish list to Cuba, but he may be disappointed
El fraude en la educación y en la sociedad cubana
Cuando Fidel Castro quiso desmantelar la disidencia
El 2003 fue un año tremendo. El acoso, detenciones arbitrarias, actos de
repudio y linchamientos verbales a la oposición por los medios del
gobierno subían de tono.
marzo 18, 2013
Había una escalada por parte de los servicios especiales en contra de la
disidencia pacífica y periodistas libres. En 2002, Castro convocó un
referéndum para blindar el socialismo verde olivo. Fue su respuesta a la
petición del Proyecto Varela presentada a la Asamblea Nacional por el
opositor Oswaldo Payá Sardiñas, que respaldada con más de diez mil
firmas y amparándose en la Carta Magna, solicitaba a la legislatura
hacer reformas constitucionales.
Ya en 1999 Fidel Castro había promulgado la Ley 88, un fárrago jurídico
que aprobaba condenas de más de 20 años a los disidentes y periodistas
independientes, bajo el pretexto de desestabilizar el status quo.
Fidel Castro en persona se presentaba en los estudios de televisión y
leía una lista con nombres de opositores que supuestamente tenían
contacto con diplomáticos de Estados Unidos o la República Checa.
Se vislumbraba que algo se cocinaba en las alcantarillas del poder. Los
ataques mediáticos del régimen eran mísiles especialmente dirigidos a
los líderes opositores Oswaldo Payá Sardiñas, Martha Beatriz Roque,
Oscar Elías Biscet y el poeta y periodista Raúl Rivero.
Meses antes de la razia contra la disidencia, en un acto en el teatro
Karl Marx, un furioso Fidel Castro amenazaba a la oposición. "Después no
digan que no se les advirtió. No permitiremos que los mercenarios hagan
su labor impunemente. Aunque no vamos a matar mariposas a cañonazos",
expresó.
Cuando el 18, 19 y 20 de marzo de 2003, los operativos relámpagos
irrumpieron violentamente en los hogares de más de 80 disidentes en toda
la isla, marcaban el inicio de detenciones quirúrgicas con el afán de
destruir a la oposición.
Fue una jugada bien diseñada. Los cintillos de la prensa internacional
estaban enfilados en Irak, donde el presagio de guerra era inmediato.
Según los cálculos de Castro, la administración de George Bush hijo se
iba a empantanar en una costosa y desgastante guerra con el dictador
Sadam Husein.
No fue así. En algo más de un mes, las tropas de Estados Unidos y sus
aliados, en una fulminante ofensiva, derribaron la estatua del tirano en
Bagdad. Y a pesar del fragor de la guerra, en la prensa mundial no pasó
inadvertido el encarcelamiento de decenas de opositores en la isla.
La campaña internacional fue formidable. El gobierno de La Habana no
esperaba semejante reacción. Algunos amigos de Castro, como el escritor
portugués José Saramago o Eduardo Galeano, criticaron las detenciones.
Saramago fue drástico: "Hasta aquí he llegado", afirmó, y abandonó el
barco de los compañeros de viajes que apoyaban la causa del barbudo cubano.
En un principio las detenciones llegaron al centenar de disidentes.
Luego la lista se quedó en 75. Sacando cuentas como un viejo bodeguero,
las conjeturas de Castro se basaban en que la administración de Bush iba
a negociar la liberación de 'sus mercenarios' y realizar un canje por
los 5 espías presos en Estados Unidos.
Para Castro, resultaba un intercambio razonable. A razón de quince
'gusanos miserables' por cada espía. Tal vez recordó el año 1961, cuando
Kennedy canjeó por compotas y papillas de cereales a más de dos mil
soldados anticastristas detenidos en la isla después del fiasco de Bahía
de Cochinos.
El tiro salió por la culata. Fue un burdo error político. Los líderes
mundiales exigieron la liberación de los disidentes. Y Estados Unidos y
la Unión Europea dieron una nueva vuelta de rosca a las sanciones
económicas contra Cuba.
Castro huyó hacia adelante. Y aprovechando el caso de tres cubanos que
habían secuestrado una embarcación de transporte, decidió enviar un
mensaje de miedo a la población que por esos días, en su afán de
alcanzar las costas de la Florida, escapaban a como diera lugar. En un
juicio sumario condenó a pena de muerte a tres jóvenes negros que
residían en barrios pobres de La Habana.
Fue la tapa al pomo. Disidentes y cubanos de a pie pensaron que Castro
había enloquecido. Mientras, los disidentes y periodistas independientes
vivíamos con la angustia sujetada a su espalda. Yo andaba con una
cuchara y un cepillo de dientes en el bolsillo trasero del pantalón.
En cualquier momento mi detención estaba esperando mi detención. Por
suerte no aconteció. El teléfono estuvo cortado varios días. Todos
teníamos miedo. Aún recuerdo, cómo olvidarlo, una apesadumbrada Blanca
Reyes, esposa de Raúl Rivero, describiendo el registro y posterior
detención de Rivero.
Las evidencias eran sus poemas crónicas periodísticas y poemas. Una
máquina de escribir Olivetti, libros de escritores universales y fotos
de sus hijas, familiares y amigos. Lo arrestaron en el apartamento donde
residía el matrimonio, en La Victoria. Un barrio duro. Cuna de
jineteras, chulos y buscavidas. Gente sin futuro que no aplaude con
entusiasmo la cháchara de Castro. Fue en uno de esas barriadas
marginales del centro de La Habana donde estallaron los disturbios del 5
de agosto de 1994, conocidos por el maleconazo.
La tarde del jueves 20 de marzo, cuando detuvieron a Raúl Rivero, la
calle estaba repleta de vecinos y curiosos. Al montar a Rivero en un
auto ruso con las manos esposadas, como si fuese un terrorista, algunos
vecinos indignados comenzaron a gritar "abusadores" y "libertad".
Diez años después de la Primavera Negra, los operativos para destruir a
grupos opositores, periodistas independientes y blogueros alternativos
se han multiplicado. Quiens desde 1995 hemos apostado por la democracia
y la libertad de expresión seguimos adelante. Aquí estamos.
http://www.martinoticias.com/content/cuba-disidencia-oposicion-aniversario/20607.html Continue reading
Erigiendo una Cuba democrática
Jerarquía católica cubana: a la sombra del poder
Azúcar amarga
Few foreigners get to enjoy the music of Cuba
Few foreigners get to enjoy the music of Cuba
That's hardly surprising, given the lack of any easily accessible,
comprehensive guide
Celeste Mackenzie, Canadian Press
Published: Saturday, January 20, 2007
HAVANA — Electric guitarist Elmer Ferrer gave a sizzling performance
recently at Havana's upscale Sala Atril nightclub. Ferrer, who heads up
his own band and is also a sought-after studio… Continue reading
Enfrentamiento Iglesia – Estado en Cuba. Cabe la posibilidad?
Country Reports on Human Rights Practices 2005
Cuba
Country Reports on Human Rights Practices – 2005
Released by the Bureau of Democracy, Human Rights, and Labor
March 8, 2006
Cuba, with a population of 11 million, is a totalitarian state led by a
president, Fidel Castro, whose regime controls all aspects of life
through the Communist Party (CP) and its affiliated mass organizations,
the government bureaucracy, and… Continue reading
Una enfermedad llamada Cuba
Posted on Sun, Mar. 05, 2006
Una enfermedad llamada Cuba
AGUSTIN TAMARGO
En la zona sur de este hemisferio americano hay países admirables y
además grandes: Brasil, México, la Argentina. En la zona norte hay otro
superior económicamente y militarmente, éste en que vivimos hoy: los
Estados Unidos. Pero yo sigo prefiriendo a Cuba. He pasado más años aquí
que… Continue reading